Historia

El barrio, el almacén, la tradición

Lo De Silverio

Historia

Desde 1903

Los invitamos a conocer el nacimiento del barrio y el almacén, para descubrir la larga tradición de Lo de Silverio. Tan larga, que un almacén antaño visitado por niños de túnica blanca, décadas después fue visitado por ellos ya adultos, de cabellera blanca, y con sus propios hijos.

EL BARRIO MIRAMAR

Se encontraba en los alrededores de la quinta Villa Dolores, que data de 1890. Era la quinta de descanso del matrimonio Rossell y Rius-Pereira, que vivía en Ciudad Vieja. El llamativo detalle de que la quinta tuviera su propio zoológico particular hizo que también la zona pasara a ser conocida como Villa Dolores.

La actual zona de Parque Batlle, donde hoy se encuentra el Hospital Pereira Rossell, en aquel entonces estaba poblada por una rica fauna autóctona que incluía liebres, conejos, perdices, ranas y pájaros. Decoraba la zona una flora nativa de un espeso monte que contaba con cina-cinas y pitas, así como cardales e hinojos, de los que se alimentaban los conejos.

Esta zona de chacras, quintas, saladeros, criaderos de aves y porcinos tenía aguas pantanosas que podían ser peligrosas para vecinos y animales. Hortalizas, frutas y animales constituían el sustento de varios lugareños.

La historia de Lo de Silverio comenzó en 1901, cuando el rematador Francisco Piria subastó un fraccionamiento de terrenos en un descampado de esta zona, con unas pocas casas modestas, en su mayoría de chapas, desde donde se divisaba la playa Pocitos, y lo nombró Miramar.

EL ALMACÉN

En 1903 abrió sus puertas el primer almacén del barrio, el Almacén Miramar, en un terreno que don Silverio Novelli compró en la actual esquina de Alejo Rosell y Rius y 4 de Julio. Esta esquina, identificada con don Silverio, lleva también la marca del Club Sportivo Miramar, surgido alrededor de 1912 y 1913 y bautizado en honor al almacén que visitaban sus fundadores. La fundación oficial tuvo lugar en 1915, cuando fue afiliado a la Asociación Uruguaya de Fútbol.

A lo largo de la historia, ese almacén iría cambiando su fisionomía, sus productos y su propuesta, hasta convertirse en Lo de Silverio, que conserva el espíritu de ese almacén al seguir siendo un punto de encuentro y hogar de la tradición local.